Cuando una o varias personas deciden crear una empresa, una de las decisiones más importantes y difíciles a las que tienen que enfrentarse en esta etapa inicial es decidir un buen nombre para su compañía. El nombre de una empresa reflejado en su logotipo es su primera carta de presentación. No basta con encontrar una palabra que suene bien. Para que sea la antesala del éxito esperado existen más aspectos a tener en cuenta, como por ejemplo estampar su logotipo en unos regalos de empresa.
- Evite palabras que puedan confundirse fácilmente con otras. Si el nombre de su empresa no tiene la sonoridad suficiente para entenderse fácilmente y, por el contrario, sus letras se confunden fácilmente con otras, tendrá problemas a la hora de que sus potenciales clientes encuentren su dominio en un navegador. También correrá el riesgo de que su compañía pueda confundirse con otra.
- Espere el tiempo que sea necesario hasta encontrar el nombre correcto. Una decisión tan importante no puede llevarse a cabo de un día para otro. Escriba una lista con diferentes posibilidades, diga sus nombres favoritos en voz alta y observe qué sonoridad tienen y qué facilidades de escritura ofrecen, pida consejo a personas cercanas y de confianza. Tenga en cuenta que el nombre de su empresa se utilizará en diferentes canales, como el telefónico, cara a cara, en presentaciones, para estampar su logotipo en diferentes soportes, en ordenadores… debe presentar facilidades en todos ellos. Y si la empresa tiene carácter internacional, también hay que tener en cuenta que el sonido debe ser fácilmente pronunciable en los idiomas más importantes.
- Deje que el nombre cuente una historia. Según los expertos, los nombres que reflejan una historia tienen más posibilidades de ser recordados. ¿Qué tal el nombre de un personaje literario cuya personalidad resuma la filosofía que intenta transmitir su empresa?
- La personalización como opción. Muchos nombres de empresas son una extensión de una trayectoria vital. Las primeras sílabas del nombre de sus tres hijos combinadas entre sí pueden ser una buena opción, siempre que suenen bien y no sean muy difíciles de pronunciar o recordar.
- Huya de las denominaciones demasiado explícitas. El nombre de su compañía no tiene que explicar abiertamente a lo que se dedica la misma. Esto le resta originalidad y le convierte en algo demasiado obvio y simple. Imagine que quiere estampar su logotipo en una camiseta personalizada o regalo promocional. Si en ese regalo aparece un símbolo que refleje su filosofía de empresa y genere un recuerdo en el consumidor será mejor que simplemente ponga el producto que usted ofrece, y el consumidor lucirá o llevará ese regalo con más ganas.
- Asegúrese de que le encanta el nombre escogido. Después de cientos de opciones dará con el nombre perfecto, pero si no está plenamente convencido no tome la decisión jugando al descarte. El nombre de su empresa estará muy presente en su día a día. Si no le convence hoy, escucharlo se convertirá en una tortura en poco tiempo.
