El trabajo en la industria hostelera no es nada fácil. En ocasiones, sacar a flote un negocio como puede ser una cafetería, un bar o un restaurante de lujo se puede convertir en algo más que un desafío. A menudo podemos ver cómo se abren y cierran establecimientos, porque no funcionan. Por eso, hay que tener una idea real de lo que es esta industria y así poder conectar con el público objetivo que realmente interesa y convertir el negocio en un éxito.
Entonces, ¿cómo se puede dar a un negocio la ventaja que necesita sobre la competencia? Pues bien, la creación de un delicioso menú, que ofrece un ambiente único y la contratación de miembros del personal que sean amables y trabajadores, es, sin duda, un buen comienzo. Pero… ¿es suficiente? Si realmente lo que el negocio busca es algo extra para mantener a los sibaritas cerca y que vuelvan cada semana, es posible que sea necesario comprar artículos promocionales con el nombre del restaurante. Algunos de los artículos de promoción que son seguros para generar una buena voluntad para el negocio son los siguientes:
Vasos de cerveza:
Cuando el restaurante está provisto de un bar, se puede esperar que el cliente ocasional tome un vaso de cerveza antes de pasar a comer o cenar. Por eso, es importante comprar vasos de cerveza únicos, con el nombre o logotipo del restaurante estampado en ellos. De esta manera, el comensal se sentirá parte del negocio y siempre recordará su nombre.
Mecheros personalizados:
Ofrecer cajas de cerillas no es una mala idea, pero es importante dar un paso más allá y regalar mecheros promocionales a los clientes. Estos artículos son perfectos para un restaurante o un bar con una estética lounge. Es importante considerar ofrecer los clásicos mecheros flip-abiertos u optar por algo más original. Sin duda, los clientes disfrutarán al salir con un mechero de calidad, con el logotipo del restaurante, al final de la noche.
Decoraciones de pared:
Si el restaurante es conocido, por ejemplo, por su amplia gama de decoración en las paredes, hay pensar en ofrecer algunas de estas piezas a los clientes. Si se trata de unas luces de neón, un reloj de péndulo antiguo o el cartel de un concierto clásico, hay que considerar éstos como premios para los clientes frecuentes.