La responsabilidad social corporativa (RSC), también conocida como responsabilidad social empresarial (RSE) es un aspecto que las empresas han pasado a tener muy en cuenta. En los últimos tiempos, la sociedad espera que las compañías contribuyan, de una manera activa, a mejorar social, económica o medioambientalmente la comunidad que les rodea. Esta contribución, voluntaria, va más allá de lo que establece cualquier normativa, de obligado cumplimiento. Supone un valor añadido para la empresa y una excelente campaña de marketing promocional frente a clientes o potenciales clientes.
Estas prácticas, estrategias y sistemas de gestión empresariales se apoyan en los conceptos del cooperativismo y el asociacionismo, que antaño buscaban conciliar la eficacia empresarial con los principios sociales de democracia, autoayuda, apoyo a la comunidad y justicia distributiva.
Hay muchas formas de ejercer la responsabilidad social corporativa
Algunas de estas fórmulas son muy claras para la sociedad. Una compañía puede contribuir a la repoblación de un bosque o ayudar a la comunidad incorporando personas con discapacidad en la compañía. También puede financiar competiciones deportivas locales, premios literarios o artísticos donando artículos promocionales, como unos bolígrafos ecológicos personalizados, establecer horarios que promuevan la conciliación, o bien aportar guarderías para empleados en la misma empresa o ayudar a los trabajadores con cheques guardería para sus hijos.
Ayude a promover su campaña con artículos promocionales
En la presentación de estas acciones o bien en el desarrollo de las actividades financiadas por la empresa, como la plantación de árboles, el establecimiento de premios o la financiación de equipos locales o competiciones deportivas conviene acompañar la campaña de artículos publicitarios ecológicos, orientados a una promoción más sostenible, que sirvan para dar mayor visibilidad a la participación de la compañía en los fines sociales perseguidos.