Años de investigación corporativa y experiencia laboral han demostrado que las empresas deben optar porque sus empleados lleven uniformes de trabajo personalizados. Las razones son múltiples y todas ellas de peso. Con uniformes personalizados no solo se construye una imagen de marca, sino que el personal tiende a sentirse más cómodo y los clientes se sienten más seguros y conformes.
Cuando el logotipo de la empresa está bordado en el uniforme, le da categoría. Sin embargo, conviene hablar con los trabajadores antes de elegir un determinado uniforme serigrafiado, con el fin de tener en cuenta sus sugerencias, pues son los propios empleados quienes mejor pueden transmitir a la compañía sus necesidades.
Por otro lado, llevar un uniforme serigrafiado también es beneficioso por un tema de seguridad, especialmente si la ropa laboral tiene que llevar algún tipo de protección, zonas reflectantes o características que facilitan un determinado trabajo. Si hablamos de trabajadores pertenecientes al sector sanitario o al hostelero, un uniforme personalizado es recomendable, además, por un tema de higiene.
Llevar una misma ropa laboral crea un sentimiento de igualdad y de pertenencia, y diferencia a una determinada empresa de su competencia. Esta ropa de trabajo serigrafiada incluso puede dar visibilidad a la compañía y aumentar sus posibilidades de ventas, pues no deja de ser un claro elemento diferenciador.